Sí, se puede utilizar como técnica de entrenamiento habitual y hacerlo con material de uso cotidiano. Sin embargo, es aconsejable hacerlo después de haber seguido un proceso de aprendizaje con el fisioterapeuta.
El TRAL también se utiliza como método de entrenamiento para personas sanas que buscan adquirir más conciencia de sus extremidades inferiores. Nos aportará un aumento del equilibrio y de la fuerza, una mejora de la coordinación general y, lo más importante, una prevención de lesiones de tobillo y rodilla, así como de lesiones musculares. Además, esta terapia, si se incluye en la preparación física, proporciona más reflejos, agilidad y fuerza, y disminuye el riesgo de lesión.
El TRAL te ayudará a recuperar la rodilla a nivel propioceptivo, es decir, a mejorar el control inconsciente de los diferentes grupos musculares y articulares, y a mejorar la coordinación del movimiento.
Es recomendable hacer TRAL, es decir, terapia reequilibradora del aparato locomotor. Es una terapia que mejora los automatismos y estimula las respuestas reflejas (propioceptivas) de las extremidades inferiores. Cada vez que hay una lesión, se disminuye el número de receptores y se pierden las respuestas propioceptivas. Esto hace que cada vez que se repite el movimiento de la lesión sea más fácil recaer. Por ello, hay que estimular nuevamente los receptores e integrar el movimiento con estos ejercicios.
Un mal funcionamiento del sistema linfático puede provocar problemas de salud serios, ya que el sistema linfático es el encargado de eliminar toxinas y aumentar la respuesta inmunitaria de nuestro cuerpo. Ayudar a drenar la linfa con las manos es una terapia muy útil que depura, elimina y protege.
Hay que intentar hacer vida normal, pero hay que procurar no hacer actividad física intensa, al menos durante las 24 horas siguientes al tratamiento.