Según diversos centros de investigación a nivel mundial, el intestino necesita de 18 a 24 horas para eliminar los restos de los alimentos ingeridos. Cuando el tráfico no es regular, las heces se depositan en las paredes intestinales y tapizan especialmente las paredes. Estas pueden llegar a hacer entre 5 y 7 cm de espesor, lo que impide la absorción de vitaminas y minerales.

Además, la alimentación irritante (grasas, chocolate, harinas refinadas, azúcares …) contiene sustancias alérgenas. De esta manera, el intestino reduce la absorción y secreta mucus, y el estancamiento de materias y la irritación acaban por inflamar el intestino hasta el doble de su tamaño.

Así, la intoxicación crónica ligada al desarrollo de bacterias patógenas es la consecuencia más grande de una mala higiene intestinal. El hígado y los ganglios linfáticos no son capaces de asumir una tarea de desintoxicación tan descomunal. Y la proliferación de macromoléculas alimentarias y bacterianas que pasan a la sangre, junto con una hiperpermeabilidad intestinal por agresión a la mucosa, dan lugar a innumerables problemas de salud.

Espero que haya sido de tu interés.
Un abrazo,
Jordi Segura.
Director y osteópata de Centro Kine.