La ecografía es un método diagnóstico por imagen no invasiva, y también utilizada en el tratamiento, que mediante la emisión de ultrasonidos nos permite obtener imágenes en tiempo real. Además facilita la evaluación de diversas alteraciones en diferentes tejidos (músculo, tendón, fascia, ligamento, nervio, hueso, etc.).
Es un método rápido, puesto que en pocos minutos permite detectar posibles lesiones o descartarlas. Además, es indoloro e inocuo, no invasivo, sin ningún efecto secundario y a diferencia de otras pruebas médicas, no emite ningún tipo de radiación.
La ecografía puede ser realizada a todo tipo de paciente con cualquier patología musculoesquelética, ya se trate de un deportista o no, y es de gran ayuda para un diagnóstico exacto.
No es necesario ningún protocolo previo a la técnica, la ecografía puede ser realizada a todo tipo de pacientes. Se usa un transductor que genera ondas ultrasónicas que, mediante la ayuda de un gel, penetran en los tejidos y generan una imagen en la pantalla que permite al terapeuta explorar los tejidos.
Una ecografía tiene como ventaja que se puede realizar ya en las primeras horas, inmediatamente después de la lesión. Además, es mucho más económica que otras pruebas, como una resonancia magnética, TAC, etc., exploraciones que además, precisan de mucha más espera.
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