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Hoy hablaremos de las sutiles pero importantes diferencias entre la espondilosis y la espondilolistesis, dos patologías que afectan la columna vertebral de manera única. Entender estas distinciones puede ser clave para un tratamiento efectivo y personalizado.
La espondilosis, también conocida como osteoartritis de la columna vertebral, es una afección degenerativa que afecta a la columna vertebral. Se caracteriza por el desgaste de los discos intervertebrales y el desarrollo de espolones óseos en las vértebras. Esta afección puede causar dolor crónico, rigidez y limitación en la movilidad.
La espondilosis suele producirse como resultado del proceso natural de envejecimiento, aunque factores como la obesidad, la falta de ejercicio, lesiones previas en la columna vertebral y la genética también pueden desempeñar un papel importante en su desarrollo.
Hay que evitar la confusión entre los términos “espondilosis” y “espondilolisis”, ya que la primera se refiere a una afectación degenerativa sin fractura y la segunda se refiere a la fractura de los pares articulares que proporcionan estabilidad a la columna.
A diferencia de la espondilosis, la espondilolistesis también afecta en la columna vertebral, pero en este caso se produce un deslizamiento entre una vértebra y otra. Esto puede causar dolor crónico, entumecimiento, debilidad y dificultades para caminar en algunos casos. Es importante comprender las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento disponibles para esta afección.
Por un lado, la espondilosis es una causa común de la lumbalgia inespecífica y muchas veces es multifactorial, es decir, viene producida por diversos factores. Estos síntomas pueden incluir una sensación de malestar en la zona lumbar, incluyendo algunos de éstos una irradiación hacia la pierna con dolor o incluso provocar una claudicación de extremidades inferiores.
Generalmente, la gran mayoría de pacientes son tratados sin pasar por quirófano, con la ayuda de diferentes fármacos en casos de mucho dolor y/o claudicación y con tratamientos conservadores de fisioterapia.
Por otro lado, en la espondilolistesis, los estudios científicos sugieren que es una patología común y que está presente en la mayoría de la población de forma asintomática. En la mayoría de casos no se observa una correlación con el dolor lumbar inespecífico, que tratamos en otro artículo del blog, ni con la incapacidad de realizar ejercicio físico. La mayoría de los casos también son tratados con método conservador, sin cirugía, dependiendo del grado de lesión.
En la clasificación de la espondilosis existen diferentes grados, dependiendo de la severidad de los desgastes de los discos intervertebrales y los espolones óseos en las vértebras.
En el caso de la espondilolistesis se encuentra el Sistema de Clasificación Meyerding, el cual se basa en las pruebas diagnósticas mediante las radiografías y se distinguen los diferentes grupos según el grado de deslizamiento de una vértebra frente a la otra:
Cabe destacar que el grado más común de espondilolistesis es el grado 1.
Varios estudios apuntan que el riesgo de desarrollar espondilosis aumenta con la edad, especialmente en personas mayores de 60 años. La obesidad y la falta de actividad física pueden aumentar también el riesgo de desarrollar espondilosis a una edad más temprana.
En el caso de la espondilolistesis puede ser causada por una lesión, como una fractura, como el envejecimiento, el estrés repetitivo en la columna vertebral o ciertas condiciones genéticas pueden contribuir también a su desarrollo.
Las dos lesiones comparten factores de riesgo comunes como:
Lo más importante en estos casos es ponerte en manos de profesionales de la salud, ellos te darán las herramientas que necesitas para poder tener una mejor calidad de vida y reducir los efectos de las patologías descritas, hacerlas más llevaderas o incluso convivir con ellas sin tener ningún síntoma.
Como se ha comentado anteriormente, es muy importante realizar actividad física pautada, no para cambiar la estructura de la columna vertebral, sino para mejorar la funcionalidad y calidad de vida.
La estructuración de los ejercicios será un pilar fundamental para una óptima rehabilitación del usuario, ya que tendrá por la parte inicial ejercicios con un mínimo rango de movimiento, con una carga muy baja y sin componente de velocidad, hasta hacer una progresión según tolerancia hacia un rango de movimiento moderado o máximo, con una carga alta y con una velocidad moderada o alta, siempre supervisado por un profesional de la salud.
Además, el uso de técnicas complementarias como la INDIBA, para reducir más rápidamente el dolor y la inflamación, así como la punción seca y el masaje, para reducir el dolor muscular asociado, serán muy útiles en el tratamiento.
El tratamiento quirúrgico se recomienda como última opción, cuando otras opciones terapéuticas no ayudan a obtener los resultados deseados.
Podéis consultar nuestro artículo sobre la lumbalgia inespecífica en nuestro blog.
En Centre Kine disponemos de un equipo profesional y la tecnología necesarias para diagnosticar y tratar esta y otras patologías.
Disponemos de dos centros de fisioterapia en Lleida. Nos encontrarás en el Passeig de Ronda, 164 y en C/ Santa Cecília, 20. También puedes contactarnos llamando al 973233703, escribiendo un WhatsApp al 677561659, a través de la agenda online de la web, o enviando un correo electrónico a [email protected].
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