Preguntas frecuentes

Una vez el paciente ha aprendido el método Mézières, se puede hacer un trabajo en grupo para rentabilizar económicamente las sesiones, pero hay que tener en cuenta que previamente se debe haber trabajado de forma individual.

La joroba no se irá, pero sí se puede eliminar el dolor que te produce. Los estiramientos analíticos son buenos, pero es importante hacer un trabajo global. El método Mézières trabaja mediante la respiración, la recolocación de la postura correcta y con estiramientos activos globales que permitan evitar compensaciones y lograr la armonización postural.

El masaje va muy bien para descontracturar la musculatura que está continuamente en tensión. El problema es que al volver a la oficina repetimos el patrón postural incorrecto y activas nuevamente las tensiones que pueden ser las desencadenantes del dolor. Sería recomendable combinar los masajes con terapia postural global mediante el método Mézières para tratar la causa del dolor. Con este trabajo integrarás la postura correcta y conseguirás que ésta perdure en el tiempo.

Es importante hacer un trabajo postural global. Por ello, se recomienda el método Mézières. La adquisición de hábitos y actitudes posturales incorrectos es muy frecuente en la actualidad y hay que hacer un trabajo de prevención para evitar la aparición de lesiones en nuestro cuerpo. Con este método se hace un diagnóstico previo para ver qué tipo de patrón y cadena muscular está desequilibrado y, una vez hecho el diagnóstico, se realiza un trabajo postural basado en ejercicios de estiramientos activos globales que buscan reequilibrar las diversas cadenas musculares y mejorar la postura.

Además del trabajo que realizamos en cada sesión, damos unas pautas de higiene postural para mantener la postura sentado, al coger objetos del suelo … Esto permite un trabajo individual, en el día a día, y no sólo durante la hora del tratamiento. Por otro lado, el trabajo que se realiza a nivel de conciencia corporal permite que percibamos mejor nuestro cuerpo, nuestra posición a la hora de realizar tareas cotidianas o de practicar cualquier tipo de deporte. Así, con este trabajo coordinado, favorecemos que el paciente sea capaz de evitar sobrecargas musculares y tomar conciencia de sus posturas.

La reeducación postural supone un esfuerzo, pero se combina con técnicas de terapia manual que favorecen que el paciente se pueda relajar y que facilitan que el fisioterapeuta se convierta en el elemento activo. Siempre trabajamos en función de la implicación de cada paciente, así podemos decir que la recuperación la deciden ellos y, por tanto, son ellos los que marcan sus propios límites.

Uno de los objetivos del tratamiento es conseguir el automatismo de una nueva postura, es decir, que la persona sea capaz de adoptar una nueva postura de forma inconsciente. Para ello, aplicamos técnicas específicas de tratamiento, además de un trabajo individual que deben hacer los pacientes en las actividades de la vida diaria. La comparación entre la antigua y la nueva postura es la clave para que el cerebro aprenda y, con repeticiones, memorice la nueva postura y los movimientos cotidianos que son los propios de la postura.